... cuarenta años. Los años de guerra en este país han estado a punto de ser fatales para esta inmensa zona geográfica, pero ha salido adelante gracias a la devoción de unos cuantos guardas dedicados a preservar toda especie animal, con la lamentable excepción del rinoceronte negro, en vías de extinción desde los años 50. Gracias también a los esfuerzos de la Comisión Europea en colaboración con el estado del Chad, ha sido posible el renacimiento y la salvaguardia de este excepcional paraje.
David Santiago ha viajado en esta ocasión al corazón del África Central, donde ha permanecido durante treinta días tratando de captar el espíritu del desierto más profundo plagado de peligrosos animales y climas extremos. Claramente, este no es el lugar más adecuado para hacer turismo, pero si es un sitio que oculta maravillas para un fotógrafo de viajes y que es necesario descubrir por uno mismo.
No sin graves problemas de adaptación. El Sol que abrasa la tierra durante el día produce un sofocante calor que impide la realización normal del trabajo diario y hay que limitar la actividad laboral a muy pocas horas. Siempre acompañado del guía con el fusil al hombro, por si acaso. En una ocasión incluso hubo que utilizar el arma para ahuyentar a un elefante furioso que se abalanzó de improviso hacia la cámara. Menos mal que todo quedó en un buen susto.
El calor extremo y sobre todo el polvo del desierto, ha castigado duramente al equipo fotográfico. Era necesario limpiar cuidadosamente cuatro veces al día todo el equipo y aún así resultaba imposible evitar la contaminación del sensor digital, un problema verdaderamente molesto. El Photoshop ha tenido que trabajar a destajo.
En las claras noches del desierto africano, el silencio duerme. Ruidos lejanos de extrañas bestias rompen la noche inquietando el sueño. El fulgor de la hoguera ilumina rostros inescrutables que solo dejan adivinar pensamientos profundos entre la vida, la muerte y la propia supervivencia. Hay que captar esas miradas.
Después de todo, el viaje se ha hecho muy corto y el viajero, al partir, ha mirado con envidia al equipo del National Geographic que, con un alarde fastuoso de medios, tomaba el relevo y se preparaba para soportar una muy prolongada estancia por estas tierras.
PD.- El 19 de octubre de 2006 se inauguró la exposición
Zakouma, animales y gentes en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, con fotos de David Santiago.