Ordesa
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El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido (Huesca) es, posíblemente, uno de los más impresionantes conjuntos que forman el museo natural de la cordillera Pirenaica.
Viendo estas fotos de David Santiago, uno enseguida comprende el por qué mucha gente puede amar tanto a la naturaleza y sentirse tan atraida por las montañas. Su belleza, su misterio, la soledad que se alcanza en ciertos momentos allá arriba, muy cerca del cielo azul, la libertad que se respira alejado del bullicioso y distante mundo que nos rodea, es algo único, un sentimiento que nos llena en ocasiones de felicidad sin saber exactamente el motivo...
Subido en la cumbre, uno también es capaz de sentir un sagrado respeto hacia el mundo que contempla; nos sentimos pequeños, diminutos, insignificantes... pero conscientes de que formamos parte de este maravilloso espectáculo, a pesar de ello. Y quizás sea eso el principal magnetismo que emanan los montes. Son enormes, grandiosos, desprenden un poder sobrenatural... y sin embargo, se dejan conquistar.
Es tanta la información visual que se recibe recorriendo las montañas, que casi siempre se vuelve preciso capturarla fotograficamente para evitar que se pierda. No es igual observar una foto que estar allí, pero las imágenes sirven muy bien para ayudar a nuestros recuerdos y para mostrar a otros las sensaciones que nos han embargado en aquellos momentos. David, aparte de un gran fotógrafo, es un gran amante de la naturaleza y eso se nota.
Manbos - Diciembre 2006