VIAJE A INDIA
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La India es el segundo país más poblado del mundo. Más de 1200 millones de habitantes conviven entre diversas culturas y religiones como el induismo, el budismo, el jainismo, el sijismo, el zoroastrismo, el judaismo, el cristianismo y el islam.
Nuestro viaje comienza en
Nueva Delhi, donde nos recoge Lalit, el que será nuestro guía acompañante durante todo el viaje. En Delhi visitamos la
Mezquita Jama, el mercado Khari Baoli, la tumba de Gandhi, el monumento Qutub Minar, el tempo de la Flor de Loto, la tumba del gran Humayun, la Puerta de la India, el Templo Sikh y sus cocinas y, finalmente el
Templo Birla. Dos días de intensa actividad que nos sirve para aclimatarnos al bullicio de las calles, el intenso tráfico, el constante ruido de los claxons, la humedad y la temperatura ambiente. Para circular con garantías por la
vieja Delhi hay que cumplir con tres exigencias fundamentales:
buenos frenos, buen claxon y buena suerte. Cruzar a pie cualquiera de sus calles requiere incluso algo más: hace falta valor.
Jaipur, la ciudad rosa, es nuestro siguiente destino. Como no estábamos aún duchos en los paseos callejeros, para aumentar nuestra seguridad y alimentar más nuestra curiosidad por la vida cotidiana tradicional en la India, en primer lugar decidimos dar un paseo por el
Mercado de Jaipur. Luego, buscando algo más de tranquilidad, salimos de la ciudad y nos encaminamos hacia el
Fuerte Palacio Amber, deteniendonos por el camino para contemplar el singular
Palacio del Agua, situado en medio de un lago e inaccesible por tierra. El Fuerte Amber merece una visita más detenida que haremos al día siguiente. Volvemos a la ciudad ya de noche para ver el
Palacio de los Vientos y el Palacio Alberto.
Por la mañana temprano, nos acercamos a ver el
Palacio de los Vientos de día y luego seguimos a nuestra cita con el
Fuerte Amber, al que llegamos a lomos de elefante. De nuevo en
Jaipur, visitamos el
Palacio de la Ciudad y su sorprendente
Observatorio Astronómico al aire libre. Todavía tenemos tiempo de alejarnos del caos de la ciudad para visitar el
Sisodia Rani Garden, unos preciosos jardines a las afueras de Jaipur. Nos acercamos a la localidad de
Abhaneri para ver con nuestros propios ojos el famoso
aljibe escalonado Chand Baori, construido en el año 800 d.c. por el rey
Chand. Se trata de una construcción de 3500 escalones en 13 niveles con una profundidad de 20 metros.
Llegamos a
Agra donde nos espera el fabuloso
Taj Mahal, pero antes vamos a visitar la ciudad de
Fatehpur Sikri, que fue erigida por el emperador mogol
Akbar entre 1571 y 1585. Para ver el
Taj Mahal tenemos un programa muy completo, haremos una visita al amanecer y otra al anochecer, coincidiendo con noche de Luna Llena. Las medidas de seguridad son tan estrictas que es imposible pasar un trípode para hacer las fotos con poca luz. Está prohibido usar trípode en todo el recinto, así que hay que apañarselas a base de altas sensibilidades en la cámara. Una pena. Aprovechamos el día para visitar el
Fuerte Rojo y la
tumba de Itimad-ud-Daulah, más conocido como el
Bebe Taj, un precioso mausoleo construido posteriormente al
Taj Mahal pero que guarda una cierta similitud gracias al encanto de su perfección simétrica, al marmol blanco y la incrustación de piedras preciosas y semi-preciosas.
Salimos al día siguiente en tren hacia
Gwalior. Nos llama la atención la comodidad del tren y el hecho de que en todos los asientos haya una botella gratuita de agua mineral de litro y medio. El tema del agua mineral se cuida mucho. En todos los hoteles que hemos estado siempre hemos tenido un buen surtido de agua mineral gratuita. Nuestro hotel en Gwalior se encuentra en el mismo recinto que el
Palacio Jai Vilas Mahal, actualmente 35 de sus habitaciones han sido convertidas en el
Scindia Museum de visita obligada. Por la tarde, camino del
Fuerte de Gwalior, uno de los mayores fuertes de la India, construido en el siglo VIII, nos encontramos con la sorpresa de las
Figuras Jainistas, unas esculturas rupestres del siglo XV labradas en la misma roca a enormes tamaños. Subiendo la colina llegamos a las inmediaciones del Fuerte donde se encuentra el
Palacio Man Mandir, una bella y majestuosa construcción realizada por el
Raja Mansingh durante el siglo XV.
En la próxima jornada viajaremos hacia
Khajuraho, visitando de camino la ciudad de
Orchha, fundada en el año 1501 por el que fue el primer Raja de la ciudad,
Rudra Pratap Singh, que, según cuenta la leyenda, murió tratando de salvar a una vaca del ataque de un león. Orchha es famosa por su enorme palacio fortaleza
Jahangir Mahal y el
Tempo Real Rajmandir, ubicados en una isla temporal del
rio Betwa. En la inmediaciones de la fortaleza se encuentran impresionantes y numerosos
cenotafios rodeados de cuidados jardines.
Llegamos a
Khajuraho al atardecer, justo para ver la puesta de Sol sobre los templos, tomando unos refrescos desde la copa de un arbol al que nuestro apreciado guía nos ha llevado cautelosamente. En medio del bullicio y el caos, la serenidad del lugar nos reconforta con este gran país.
La mañana siguiente la dedicamos a contemplar con asombro y admiración los
templos de Khajuraho, el mayor conjunto de tempos hinduistas del país, famosos por sus
esculturas eróticas, considerados por la
Unesco como Patrimonio de la Humanidad desde el año 1986. De los 80 templos originales quedan aún 22 en buen estado de conservación a pesar de haber estado abandonados y ocultos en medio de la vegetación durante cientos de años hasta que fueron redescubiertos en 1838 por el
capitán I.S. Burt, ingeniero del ejército británico.
Ya por la tarde, nos espera nuestro último destino en la India: la ciudad de
Varanasi, también conocida como
Benarés, situada a orillas del
río Ganges y una de las siete ciudades sagradas del hinduismo, el jainismo y el budismo. Dice la leyenda que
esta ciudad fue fundada por el dios Shivá a principios de la era de Kali, unos 3100 años a.C.
'Benarés es más antigua que la Historia, más antigua que las tradiciones, más vieja incluso que las leyendas, y parece el doble de antigua que todas juntas», son palabras de
Mark Twain.
Varanasi está considerada por los hinduistas como la
principal ciudad de peregrinación, según ellos,
todo el que muera en Benarés queda liberado del ciclo de las reencarnaciones y podrá descansar su alma para siempre. Miles de peregrinos viajan cada día a Varanasi para purificar sus pecados en el río Ganges, donde, al amanecer, se sumergen en sus aguas fuertemente contaminadas para limpiar su cuerpo, lavarse a conciencia y rezar sus oraciones con el agua al cuello. Las creencias hinduistas convierten a la ciudad en destino de enfermos y ancianos que quieren pasar sus ultimos días en la ciudad santa. A lo largo del Ganges existen numerosas residencias destinadas a albergar a los moribundos.
Los
ghats, las escalinatas de piedra que permiten acercarse al río, fueron construidas en el siglo XVIII, cada una de ellas tiene un nombre y una función especial. Los ghats de
Mani Karnika y Harischandra son los crematorios principales. Al anochecer se celebran sagradas ceremonias en la orilla, mientras que en los crematorios, arden las hogueras formadas por piras de madera, cada una con su cadaver esperando convertirse en cenizas que luego son arrojadas al río Ganges. Mientras tanto, los turistas asisten en silencio, con contenido asombro, al espectaculo.
Queremos agradecer de todo corazón a
nuestro guía Lalit su atención y dedicación en todo momento, así como a la
Sociedad Geográfica de las Indias la planificación del viaje y su continua preocupación por nuestro bienestar.